Características del emprendedor

No sé si hay un perfil tipo del emprendedor o si todos podemos serlo. Me pregunto si el emprendedor tipo es hombre o mujer, es alto o bajo, delgado o gordo, tiene 25 o 40 años, tiene bigote o barba, es un genio o un inconsciente, alguien con dinero o un pobre desesperado, alguien con una idea o una persona con ideas, alguien astuto o simplemente sencillo… Ayer en la charla que dio Jesús Encinar, fundador de Idealista y 11870, fue interesante ver la diversidad de personas que había y aún más cruzarme con conocidos emprendedores y de los cuales desconocía el proyecto. Y sobre todo me impacto la cantidad de gente que emprende negocios en estos tiempos de crisis! ¿Todos tenemos ideas brillantes, un súper business plan y algo que va a revolucionar el mercado?

Jesús Encinar insistió en qué el equipo es la base para emprender. Con una buena idea y sin un buen equipo no vas a ninguna parte. Al fin y al cabo lo que vale son las personas y no cualquiera. Tenemos que ser complementarios en un proyecto: muy buenos técnicos, muy buenos comerciales o marketianianos y muy buenos gestores. De hecho, muchos negocios fallan por problemas de visión entre los socios o se quedan paralizados por malentendidos entre socios y como tardan en solventarse, la empresa no consigue desarrollarse. Allí un coach podría ayudar a alcanzar retos y superar limitaciones, lo que suele faltar son conversaciones para la acción.

El emprendedor es al fin y al cabo una persona con un afán por superarse, con ganas de ser su propio jefe, un persona persistente y constante, que no se da por rendida a la primera sino que tiene una visión y trabaja en esta dirección. Es alguién creativo, con la mente abierta, resolutivo, planificador y que se anticipa. Tiene el sentido del sacrificio. Como bien dijo Jesús Encinar ayer, para ser emprendedor tienes que bajar tus gastos al principio y dedicarte 100% a lo que haces, no hay que temer llamar más de una vez a la misma puerta, arriesgarse, tomar decisiones, trabajar, hacer networking, hacerse visible, construir, pedir y estar preparado para el no, ser ego-less, retarse, tener una capacidad de adaptación, ser flexible, informarse, pedir ayuda, ser tu propio lider, marcar el camino.

Durante años, pensaba que sin una idea luminosa no valía emprender y con mis amigas ibamos imaginándonos el negocio ideal y perfecto, lo que no existía y que podía tener salida. Y muchas veces lo acertamos porque a los pocos años iban creándose negocios parecidos a lo que habíamos pensado. Lo único es que en el momento nosotras nos pensábamos que era un sueño. No lo visualizamos como una posibilidad, como algo que podía hacerse realidad. Hoy estoy siendo emprendedora y lo único que sé es que mi idea no es única, mi producto soy yo y tiene un valor diferencial. La idea de emprender me ha venido como una evidencia después de tantos años trabajando por cuenta ajena. Por fin, he dejado espacio para que la semilla que llevaba dentro pueda crecer y no tengo la menor duda de si lo voy a alcanzar o no. El tiempo lo dirá. Lo que está claro es que no quería arrepentirme de no probar nunca algo que tengo en la mente desde hace muchos años, ni tampoco dejar los miedos por lo desconocido dominarme más. Sigo teniendo miedo porque los miedos no se van. Ahora me acompañan y no son un freno a mi expansión.

Soplar sobre las brasas del emprendedor que duerme en cada uno no es tarea fácil. Y creo que si tu quieres, puedes ser emprendedor. Para eso, tienes que ser consciente de tus propias limitaciones y saber rodearte, marcarte objetivos alcanzables y tener ganas de superarte. Si estás comprometido con tu proyecto y contigo, puedes llegar más allá de lo que te propones.